"Cuando se da la combinación de harinas refinadas y grasas hay liberación de las hormonas de la felicidad llamadas: Endorfinas, y es cuando se produce esa sensación como de sedación placentera asociada a este tipo de comidas".
El efecto aditivo, se da porque las harinas refinadas son tan fáciles de absorber, pues en 10 minutos se han convertido en glucosa y entonces vienen "picos" de felicidad con la consiguiente baja. Es entonces cuando el cuerpo indica que necesita otra dosis igual, para mantener el nivel de exaltación y las personas pueden mantenerse todo el tiempo comiendo frituras.
Otro punto importante es que las frituras a menudo han pasado por procesos en los que se les ha añadido preservantes para realzar características: aroma, sabor y color.
Uno de los preservantes más empleados en las frituras es el glutamato monosódico, un potenciador del sabor que estimula receptores específicos de la lengua y produce un gusto esencial mediante unos de los receptores especiales del sabor. Dichos receptores al tener contacto con el glutamato envían una señal al cerebro que invita a este a pedir más y más.
La adicción a las papas fritas aportan 500 calorías por cada taza que te comes. Dependiendo de la grasa utilizada en la fritura , se enriquece en calorías y también en ácidos grasos saturados.
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