El plátano es tan versátil que puedes comerlo como quieras: asado, frito, salcochado o en sopa. Puedes acompañarlo con todo tipo de alimentos, aunque por costumbre suele acompañarse con frijoles y crema.
El plátano tiene un gran valor nutritivo y resulta muy digestivo, ya que favorece la secreción de los jugos gástricos. Es una buena fuente de vitamina A, B , C; además de fósforo, hierro, potasio y calcio.
Suele recomendarse el consumo de esta fruta a aquellas personas que padecen úlceras estomacales y estreñimiento, a mujeres embarazadas y en período de lactancia, al igual que para las que tienen colesterol alto y anemia. Ayuda a equilibrar el agua del cuerpo y a eliminar líquidos.
Al momento de cocinar surge el error, de utilizar esta fruta o el guineo por igual o como sustitutos, pero debes tomar en cuenta que son alimentos diferentes. La diferencia principal: Es que el guineo tiene más azúcar y menos almidón, a la inversa del aporte nutricional del plátano. Por ello el plátano resulta perfecto para cocerse, freírse o asarse. El sabor varía de acuerdo con su madurez: cuanto más maduro resultará más dulce.
Para dietas de reducción de peso se recomienda el plátano de uno a dos por semana, salcochado con canela o asado.
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