Frutas y Verduras:
Son la mejor fuente de vitaminas, minerales y fibra. Contribuyen al correcto funcionamiento de todos los órganos y sistemas. Fortalecen el sistema inmunológico.
CEREALES Y TUBERCULOS:
Son la principal fuente de energía necesaria para la realización de todas las actividades diarias. Se deben evitar preparaciones con alto contenido de grasa.
CARNES:
Su función es proveer de proteína, hierro, vitamina B12 y zinc. Estos nutrientes favorecen el mantenimiento muscular, previenen la anemia y estimulan el crecimiento.
HUEVO:
Ofrece proteínas, vitaminas, minerales y grasa. Su aporte de vitamina "A" en forma de beta carotenos, de tiamina, fósforo y colina, contribuye a prevenir problemas visuales.
LEGUMINOSAS:
En este grupo se encuentran los frijoles, lentejas, garbanzos y soya. Son alimentos fuentes de proteína, carbohidratos y fibra.
LECHE Y DERIVADOS:
Su principal función es favorecer el crecimiento de huesos y dientes por su contenido de proteínas y calcio. Ayuda a la formación muscular y la regeneración de tejidos.
Es recomendable mantener una alimentación balanceada, actividad física diaria, visita periódica al nutricionista y pediatra.
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